Sabia savia apuesta por el consumo de productos ecológicos, pero también sabe que no siempre es fácil, (o barato), encontrar dichos productos. Ya presenté aquí a Begoña, capaz de traernos a domicilio, una caja llena de frutas y verduras de cultivo ecológico. Hoy voy a hablar de otra opción: los mercadillos ecológicos que se celebran en la provincia de Málaga.
Estos mercadillos van rotando por diferentes localidades, de modo que cada cual puede ir a aquel que más cómodo le resulte, o, visto desde otro punto de vista, aprovechar para hacer un poco de turismo de nuestros pueblos e ir recorriendo diferentes enclaves a la vez que se hace la compra semanal de frutas y verduras.
Estos mercadillos van rotando por diferentes localidades, de modo que cada cual puede ir a aquel que más cómodo le resulte, o, visto desde otro punto de vista, aprovechar para hacer un poco de turismo de nuestros pueblos e ir recorriendo diferentes enclaves a la vez que se hace la compra semanal de frutas y verduras.
Alguien me preguntó en la tienda cómo puede uno estar seguro de que lo que se compra es ecológico. Pues bien, en estos mercadillos, los vendedores están identificados como productores ecológicos, lo que conlleva que han obtenido la certificación que demuestra que sus prácticas agrarias son respetuosas con el medio ambiente y con la salud humana, y que responden a un modelo de sostenibilidad en la producción de sus productos.
Ir a un mercadillo ecológico es mucha más que ir a hacer la compra.
Para empezar, se encuentra uno con gran variedad de productos poco comunes en los supermercados; productos de consumo tradicional, (yo encontré tagarninas la última vez que fui al mercadillo de Cártama), plantas aromáticas frescas, todo tipo de variedades de verdura de hoja verde, etc. Se pueden encontrar también productos tales como miel y polen, o confituras. Los ejemplos son múltiples.
Otra sensación grata que a mí me provocan estos mercadillos es el ambiente “didáctico” que se respira. Los propios productores te explican qué es cada cosa, cómo la han cultivado o cómo podemos consumirla… a mi me dieron un truco para hacer que la levadura fresca que se usa para el pan sea más efectiva, (disolverla en agua, añadir una cucharada de harina y otra de azúcar y dejarlo reposar unos 15 o 20 minutos en un sitio cálido), y un modo de preparar un sucedáneo de chocolate a partir de algarrobas.
Me encanta ver a los consumidores de este tipo de comercio ir con sus propias bolsas recicladas, o verlos intercambiar recetas.
Insisto, es una experiencia diferente, y muy gratificante.
Nota: el calendario de celebración de mercadillos lo he obtenido de la web guadalhorceecologico.com, un sitio muy completo, dedicado a la producción ecológica en el valle del Guadalhorce y lleno de información útil.
El mercadillo ecológico, ciertamente, entraña algo más que la posibilidad de adquirir productos encuadrado en esa categoría. Es una forma más de aprender cualidades de los alimentos, recetas, etc. También -y esto es algo muy gratificante- es una vía para relacionarse con gente afín e iniciar nuevas amistades con personas que comparten nuestros intereses. Muy recomendable, efectivamente.
ResponderEliminarLos mercadillos ecologicos del Valle del Guadalhorce son fantasticos no solo se vende frutas, verduras, productos lacteos, etc, sino lo más importante son EL PUNTO DE ENCUENTRO de gentes de este mundillo, creandose un ambiente es cálido y familiar.
ResponderEliminarPasarse por el mercadillo ecologico es muy gratificante para el cuerpo y el espiritu.
¡¡Totalmente de acuerdo!!
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