Son muchos los alimentos que se pueden confitar, y algunas verduras dan unos resultados totalmente sorprendentes. Concretamente veremos la manera de hacer mermelada con tomates, zanahorias o calabacines. Y también un poco de mermelada de naranja amarga.
Vamos primero con las medidas, (calculadas para hacer un bote de mermelada) y luego veremos el proceso, que, por cierto, es bastante rápido y sencillo.
Mermelada de zanahoria:
200 gramos de zanahorias
150 gramos de azúcar moreno o fructosa
1 cucharada de jengibre fresco rallado
zumo de medio limón1 palito de canela
1 vaso de agua (250 ml)
Mermelada de calabacín:
2oo gramos de calabacín, (con piel)
150 gramos de azúcar moreno o fructosa
zumo de medio limón
1/2 vaina de vainilla
1/2 vaso de agua (125 ml)
Mermelada de tomate:
350 gramos de tomates maduritos
zumo de medio limón
5 ó 6 clavos
1 palito de canela
Mermelada de naranja amarga:
150 gramos de azúcar moreno o fructosa
1 palito de canela
1 cucharada de jengibre fresco rallado
Como se puede ver, la cantidad de agua que se añade depende de lo jugosa que sea la verdura o fruta a utilizar.
Para hacer cada mermelada, troceamos la verdura y la ponemos en una cacerola, a fuego lento junto con el resto de los ingredientes.
En el caso de la naranja, como vamos a confitar tanto la pulpa como la piel, es importante cortarlas en rodajas muy finas, para que se haga mejor. Cuando veamos que la pulpa está caramelizada y la piel transparente, ya podemos envasarla. Esta mermelada es la que más tiempo nos llevará, porque la piel es más lenta para cocinarse.
Una vez que cada mermelada tiene la consistencia que nos gusta, la ponemos en botes de cristal, (buena oportunidad para el reciclado de botes que hayamos usado en casa con otros productos), y los tapamos, sin apretar la tapadera. El siguiente paso es muy importante para la conservación de nuestras mermeladas. Se trata de esterilizarlas. Para ellos, colocamos los botes en una cacerola con agua, (cuidando de que no queden sumergidos del todo porque se nos podría meter agua en nuestra mermelada), y lo ponemos a fuego fuerte hasta que hierva durante unos 10 minutos. Hecho esto, sacamos los botes del agua, sin abrirlos y con mucho cuidado de no quemarnos, y apretamos bien las tapaderas.
Hace ya casi cuatro años que probé por primera vez la mermelada de tomate. Fue en Santorini y era una de las pocas formas de preparar el tomate que me quedaban por probar.
ResponderEliminarMe guardo la receta para este verano. Si se dan tan bien como el pasado tendré materia suficiente para todo el invierno.
Un beso gordo desde Ithaca y felicidades por el blog.
Antonio
Pues desde aquí te animo a que, llegado el momento, compartas con nosotros el resultado de tu mermelada. Y si de paso te animas a experimentar con la receta y a hacer variantes, cuentanos qué tal el producto final.
ResponderEliminarUn beso.