Las opciones más responsables, inteligentes y respetuosas son básicamente dos: reciclarlo haciendo nuestro propio jabón, o llevarlo a un punto de recogida autorizado.
De hacer jabón en casa ya hablamos en este blog. Hoy vamos a tratar el tema de llevarlo a reciclar.
Hay empresas especializadas en recoger aceite usado. Se las llama y una vez hemos acumulado una determinada cantidad de aceite, ellos vienen a casa y se lo llevan. Otra opción es llevar el aceite a un punto de recogida. Esto nos evita tener que acumularlo en casa.
En la imagen se muestra un listado de todos los puntos que tiene la Madre coraje distribuidos por Málaga para recogida de aceite. Para más información se puede llamar al teléfono 902 51 07 51 .
Una tercera opción, muy interesante, y a la vez cómoda, es la de pedir que esta asociación nos ponga un contenedor de recogida en nuestra propia comunidad de vecinos, así evitamos desplazamientos con el aceite usado o tener que almacenarlo en casa. En estos contenedores se ponen las botellas de aceite cerradas, con lo cual es bastante cómodo y limpio, y cuando el contenedor está lleno, ellos mismos se encargan de sustituirlo por uno vacío.
Los usos que se dan a este aceite son varios. Concretamente en el caso de Madre coraje, con el aceite frito fabrican ocho toneladas de jabón mensuales, con el que eliminan piojos, curan sarna, eliminan infecciones, lavan ropa y alimentos... Los excedentes se venden para fabricar biodiésel, y con el dinero obtenido se llevan a cabo proyectos de desarrollo a los más desfavorecidos de Perú.
¿Qué ventajas tiene el biodiésel frente a la gasolina o el diésel?
El desarrollo tecnológico actual permite la obtención de 1.005 kg de biodiésel a partir de 110 kg de metanol, 15 kg de catalizador, 1.000 kg de residuos de aceite vegetales y 4,29 m3 de agua. Con esta receta se obtiene un balance energético positivo que lo hace aconsejable desde el punto de vista ambiental y económico. Con el reciclaje del aceite se consigue la minimización de las emisiones de los vehículos, sobre todo del CO2 y los hidrocarburos volátiles, en motores de gasolina y las partículas en los motores diésel. Asimismo su empleo supone una reducción de entre 25 y 80% de las emisiones de CO2, considerando como uno de los compuestos causantes del efecto invernadero.
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