miércoles, 24 de marzo de 2010

El bebé es un mamífero


"El bebé es un mamífero", Michel Odent.
Editorial Ob Stare.


En un momento en el que cada vez se habla más de humanizar los partos, llega Michel Odent y nos dice que lo que habría que hacer es deshumanizarlos… no, no es que esté loco o que sea un retrógrado. La idea de Odent es otra. Somos mamíferos, el bebé es un mamífero, y el parto de una mujer debería tener mucho más en cuenta este dato.

Habría que respetar muchísimo más la intimidad y serenidad de la mujer en el proceso del parto, facilitar su movilidad, y no violentarla constantemente con requerimientos médicos no siempre necesarios, que tienden a crear un entorno y una sensación de peligro y enfermedad, en vez de ser un apoyo a lo que es un proceso natural, para el que la inmensa mayoría de las mujeres está sobradamente preparada.

En el libro “El bebé es un mamífero” Michel Odent nos explica cuáles son las fases de un parto natural, y cuáles los problemas derivados de entorpecer el proceso por el cual el cuerpo de la mujer es capaz de generar todo un coctel de hormonas, con la oxitocina como eje principal, para culminar con el nacimiento del hijo.
El papel de la oxitocina como hormona ligada tanto al proceso físico del parto como a los procesos emocionales de vinculación madre-bebé, la importancia de la lactancia temprana, el papel a jugar por las comadronas, las consecuencias de las cesáreas hechas de modo casi rutinario, etc, etc son algunos de los temas que se tratan en este libro.

Su lectura es muy amena, y los datos que ofrece son bastante reveladores. Dan mucho que pensar…
Me parece un libro realmente interesante.


Michel Odent, 1930, es un médico obstetra francés, licenciado por la Universidad de París, y uno de los defensores más notables del parto natural, entendido como aquel parto en el que la intervención clínica es la mínima posible.

La formación médica de Odent empezó en la cirugía general y estuvo a cargo de la unidad de cirugía y de la maternidad del hospital público de Pithiviers de 1962 a 1985. En esa época se mudó a Londres, donde popularizó el alumbramiento en el agua y fundó el Primal Health Research Centre.

Además de sus más de cincuenta artículos en revistas científicas, Odent ha publicado once libros de divulgación, traducidos a más de veinte idiomas.


Para conocer un poco más al autor, aquí transcribo una entrevista realizada por Ser padres.

"Más que humanizar el parto, hay que mamiferizarlo”

P: Cuando habla de la importancia del amor en el parto, ¿a qué se refiere?

R: El amor ya no es tema exclusivo de poetas, filósofos o novelistas. Hoy lo estudian científicos de muy diversas disciplinas y han llegado a una conclusión: la importancia que tiene todo lo que sucede en el inicio de la vida para desarrollar la capacidad de amar. Es fundamental no perturbar demasiado el parto para que madre e hijo puedan desarrollar ese amor.


P: ¿No perturbar el parto significa no medicalizarlo y humanizarlo más?

R: Más que humanizar, yo hablaría de “mamiferizar”. Para que un parto sea fácil, hay que redescubrir las necesidades básicas que compartimos con todos los mamíferos. Y todas las hembras, para segregar oxitocina, esa hormona del amor que hasta hace poco se necesitaba liberar para poder dar a luz, necesitan sentirse seguras y que su nivel de adrenalina sea muy bajo. En la selva, si una hembra está a punto de dar a luz y se da cuenta de que tiene un depredador cerca, segregará adrenalina para poder defenderse y retrasará el parto para cuando se sienta más segura. Los mamíferos necesitan sentirse seguros y no observados para dar a luz.

P: ¿Un parto con médicos, oxitocina sintética, epidural, cesárea… no es más fácil?

R: No, la epidural es un medicamento que sustituye a las endorfinas, lo mismo que la oxtocina sintética sustituye a la natural. Todos estos medicamentos hacen el papel de las hormonas que las mujeres no pueden segregar porque no se encuentran en un entorno adecuado. Hoy en día no solo no las pueden liberar las parturientas que dan a luz por cesárea, también muchas de las que tienen un parto vaginal, al usar sustitutos farmacológicos de estas hormonas del amor. El problema es que estos sustitutos no producen efectos sobre el comportamiento y alteran el curso natural del nacimiento, un momento crítico en el proceso del desarrollo de la capacidad de amar.

P: Entonces, ¿cuál es el mejor entorno?

R: Después de llevar más de medio siglo participando en nacimientos, puedo resumir mi aprendizaje en pocas palabras: un parto será más fácil y rápido cuanto más sola esté la mujer. Solo necesita una comadrona que tenga experiencia y una actitud maternal y que se mantenga en silencio. Es el mejor entorno para liberar la oxitocina, que es una hormona tímida y no aparece si hay muchos espectadores.

Autora: L. Artiz.




No hay comentarios:

Publicar un comentario